sábado, 15 de octubre de 2016

El lapo de Rijkaard

Un buen amigo me reprende por dar un "like" en facebook a propósito de una entrada en la que se recuerda con gracia y sorna  un famoso escupitajo del holandés Rijkaard al alemán Voeller en la semifinal de la eurocopa del 88. Famoso lapo que en Holanda tomaron como una escalada más en la épica futbolera contra los alemanes inspirada en la venganza a propósito de los terribles hechos de la segunda guerra mundial. Cierto que esta queda muy lejana  pero cabe recordar que la final del mundial en Alemania 74 entre germanos y holandeses era más que un partido de futbol para los orange y más teniendo en cuenta que se trataba de uno de los primeros encuentros oficiales entre ambas naciones tras el término de la contienda mundial.

 

Cierto es que el futbol, como deporte de masas, ejemplifica el sentir de las naciones y los pueblos. Eso lo sabemos mejor que nadie los catalanes que abanderamos al Barça como estandarte de nuestra patria y en sus éxitos nos reflejamos patrióticamente ... Aunque sólo Piqué, Busquets, Alba, Aleix Vidal y unos pocos más sean verdaderamente catalanes.

 

Lo dicho. Recuerdo como mi abuelo me decía ingenuamente que muchas guerras empiezan en estadios de fútbol. Comprendo ahora que es al revés: los enfrentamientos sociales empiezan en la vida cotidiana y en la política y más tarde se desplazan a los estadios, lugares fantásticos para expresar las emociones generales y en particular las nacionales, rodeados de toda la épica necesaria: multitud, ruido, banderas, enemigos (aunque deportivos), anonimato difuminado, cánticos y demás.

Por ello en el minuto 17:14 de cada parte el Camp Nou grita desaforado "Independencia". Por ello las banderas catalanas no se diferencian de las blaugranas.

 

Mi abuelo no tenia del todo razón pero sí que entendía (y más en época de dictadura) que un estadio es un lugar perfecto para expresar un sentir popular o nacional.

 

Siguiendo con el ejemplo del holandés, tal vez hice un "like" demasiado rápido y irreflexivo al verme envuelto en la lectura del artículo por la épica holandesa, revanchista para con los alemanes. Aunque pensando con calma un lapo es un lapo ... Aquí como en la China Popular , igual que "Josep Lluís". Y nada ni nadie debe hacernos dudar de nuestras  virtudes épicas aunque estemos enfundados en la elástica de nuestro equipo o jugando la final de la Champions. Da igual. Somos personas y aunque atontados por el "opio del pueblo" no debemos olvidarnos de los valores que deben regir el deporte y la vida... Por mucho que nos prohiban las esteladas (por otro lado, auténtico ataque político y a la libertad, por supuesto) nosotros las tendremos que enarbolar igual ya sea en el Nou Camp o en el estadio del Europa. Da igual. Mientras lo hagamos con respeto no hay problema. "Respect". Uno de los grandes lemas de la Uefa, centrada en la lucha contra el racismo y haciendo grandes pantomimas publicitarias. En fin. Qué pensará Rijkaard a dia de hoy de su escupitajo al alemán casi 30 años después?; qué les dirá a sus hijos? Espero que les diga que se equivocó y perdió los papeles y que al término del encuentro (tras ser expulsado) se abrazó con el germano para asegurar el tópico de "todo lo que pasa en el terreno de juego queda allí". Y si no fue así, como me temo, espero que pueda haberse disculpado con Rudy tiempo después .... Tal vez tuvo la oportunidad de hacerlo cuando, años después, ámbos grabaron un anuncio publicitario rememorando la escena para un conocida marca holandesa. 

Otro compatriota suyo, Koeman, terminó el encuentro celebrando la victoria final limpiándose el culo con la camiseta alemana de Olaf Thon, con quien se había intercambiado la camiseta.  La prensa holandesa celebró ese día la victoria  con gran épica nacional y recordando sin cesar los estragos que los alemanes habían propiciado tres décadas antes.