La parejita
japonesa está comprando una entrada de reventa a un chico pakistaní en los
aledaños del Camp Nou. Hoy vamos a ver un partido de champions y los dos
turistas orientales, ataviados con bufanda "antimadridista", gorro
blaugrana, camiseta oficial recién comprada por la mañana y mejillas pintadas
con los colores del equipo se disponen a acceder al estadio por la puerta
ochenta y seis. La emoción contenida durante tanto tiempo no mengua con la
larga escalinata de subida a la tercera gradería y en cuanto acceden a la boca
y contemplan por primera vez la inmensidad del estadio, el brillar espectacular
del césped con la iluminación nocturna y el ambiente previo de unos cuartos de
final de champions no pueden reprimir a la vez un sonoro "ohh",
seguido de risas nerviosas y de una multitud incomprensible de fotos con el
afán de captar todo lo que sus sentidos les muestran. Cuando me piden que les
haga una foto juntos con el estadio de fondo procuro captar la mejor de las
instantáneas posibles y creo que logro
capturar su sonrisa llena de emoción en una pose de pareja algo forzada, al
estilo japonés.
Me dirijo a
mi asiento y observo como suben las escaleras procurando su número de entrada.
Finalmente consiguen descifrarlo y se sientan un par de filas por debajo, justo
a mi izquierda.
Desde mi
posición puedo observarlos y detenerme en la expresión del rostro de la chica
cuando suena el himno de la Champions y ambos equipos saltan al terreno de
juego. Se trata de una mujer de unos
veinte años, tal vez más. Por sus gestos de emoción diríase que se trata de una
adolescente de quince pero descarto rápidamente esa edad al reparar en sus
manos, sin duda adultas. Ella se echa las manos a la cabeza, como aturdida por
el fragor del estadio en las primeras notas del himno del barça y parece
enloquecer con los gritos de la afición al final de la música. Barça, barça,
baaaaarça! Salta de emoción y mira a lo largo y ancho del estadio maravillada
por el ruido que a ella le parece ensordecedor. Creo que el deporte japonés no
se caracteriza por la barullo y el griterío y pese a que en can Barça este es
mínimo comparado con otros estadios a nuestros amigos orientales debe
parecerles algo increíble.
A los dos
minutos de juego aparecen dos espectadores rezagados subiendo las escaleras a
toda prisa. Parecen fastidiados al haberse perdido la salida de los equipos y
miran hacia la zona donde están acomodados los japoneses con cara de
estupefacción. Adivino rápidamente que
se trata de dos socios que se encuentran con sus localidades de toda la vida
ocupadas por error por dos guiris. Acceden hasta su lugar y con pocas palabras
los mandan fuera mientras analizan las entradas de los jóvenes japoneses y les
indican que tienen que ir hacia otra boca, más a la izquierda. Los chicos, con
cara de puteados a la japonesa, o sea
con una sonrisa educada y nada congruente,
bajan las escaleras y se adentran hacia la boca por la que antes
salieron, justo en el momento en que Ronaldinho lanza un derechazo descomunal
que entra por toda la escuadra inglesa . Cómo debe gritarse goooool en japonés?
Me entristezco por la muchacha . Se ha perdido el golazo y interiormente deseo
que mi equipo marque más goles hoy para que ella pueda llevarse, por lo menos
uno de regalo a su casa.
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