jueves, 30 de junio de 2016

Llueve sobre mojama



El concepto no me queda muy claro aunque la risa se me escapa por entre los dientes.
Acaba de terminar el Inglaterra-Eslovaquia y tras abandonar a mi amigo Alex con rumbo indefinido (recuerda Alex que hoy es lunes y Luz de Gas está cerrado) aunque seguramente satisfactorio me dirijo a casa a por mi merecido descanso. Aunque antes de dormir decido tomar una cervecilla crápula en el indigno chino de la esquina. Indigno por su aspecto. Indigno también por el personal. 
Me gusta prestar atención a las conversaciones minadas de los parroquianos del barrio: los dos hombres que tengo al lado discuten acaloradamente sobre si los jueces son magistrados o no. Ahondando en la conversación descubro con tristeza que uno de los dos alcohólicos cincuentones se encuentra en paro y se lamenta de como una magistrada le dejó sin casa y sin hijos al separarse de su mujer. Una a una comenta sus desgracias con voz triste y mirada perdida entre pequeños sorbos de cerveza. El señor Pascual, cliente más que habitual escucha a su conpañero con ojos vidriosos asintiendo con la cabeza sobre los comentarios de su tertuliano. Escucha callado hasta que exclama con voz grave y expresión grandilocuente la frase que me provoca la risa: "llueve sobre mojama". 
Lo más curioso del caso es que su compañero sólo accede a comentar que mañana juega España y que ello le alegrará el dia. "Es cierto, en mi vida llueve sobre mojama", replica algo más animado. 


Euro Vikings



En la porra de los amigos siempre hay un friki que apuesta por aquellos equipos sin oportunidades aparentes o apriorísticos perdedores. Tal vez su apuesta no se basa en un ánimo vanidoso sino más bien romántico, optimista, quien sabe. La realidad es que en nuestra querida gran porra ginecar nadie apostó por Islandia. Y ahí está; en cuartos de final tras tumbar a los inventores del "football". Sorprendente. O quizás no tanto. Tratándose de una nación con inequívoco espíritu vikingo capaz de darle la vuelta a la economía que nos globaliza encerrando a banqueros y políticos, pasándose la deuda por el forro y reemergiendo económicamente en menos de cinco años nada debería sorprendernos de este pequeño país nórdico rodeado de géiseres, volcanes, noches y días eternos y cabelleras plateadas surcando el viento. Y ahí están. En cuartos de final preparados a medirse con la todopoderosa Francia en casa, sin nada que perder y con mucho por ganar. Nadie conoce a sus jugadores y todos bromeamos con sus extravagantes nombres terminados en "sson"... Hijo de... Como en Juego de Tronos. 
Sin embargo aquí es real, los rubios gigantes apalean a sus rivales y se llevan una inusitada gloria que les hace superarse partido tras partido. No es secreto que el gran público acostumbra a alinearse con los equipos revelación y precisamente los islandeses están en esa órbita. A partir de mañana Islandia estará mas de moda entre nosotros, será más conocida y tal vez alguno de esos gigantones suene como futurible para algún equipo segundón de la liga española. Somos así. Adoramos lo impredecible. Nos encanta el mito romántico del luchador que consigue lo imposible, del triunfador inesperado. Lo llevamos en el adn. El fútbol se erige en paradigma de nuestro pensamiento acelerado y a menudo vacuo. El invitado inesperado entre los vip se convierte en un héroe vanagloriado hasta el día de su derrota, momento en que pasa a ser olvidado con la misma rapidez con la que fue encumbrado. A fin de cuentas un éxito rápido e inesperado puede no ser justo ni sostenible. Pero eso es lo de menos. Lo que cuenta es el espectáculo, la emoción. Este año es Islandia y Leicester. El triunfo de los débiles sobre los poderosos. La victoria inesperada basada en el duro trabajo y en creer en uno mismo.  Todo muy inesperado a la vez que tremendamente útil para la gran industria que mueve todo . A fin de cuentas el negocio gana con el favorito y se ilumina con la revelación. 

jueves, 2 de junio de 2016

La gran Porra


Todos los amigos futboleros estamos este año de enhorabuena. Y no se trata de que este sea un año de Eurocopa o de Mundiales sino que es un año de porra; sí, de nuestra  preciada porra Ginecar (http://www.granporraginecar.com.es/). Una vez más un extenso grupo de amigos va a dedicarse durante casi un mes a comentar animadamente por wazzap o entre copas los resultados de la Eurocopa, a criticar abiertamente las normas de la UEDA (organización impulsora del evento), a preguntar repetidamente cuestiones de puntuación, a cuestionar la sabiduría futbolística de los líderes de la competición, a reírse brutalmente de los aspirantes a la cuchara de madera y a disfrutar de la famosa comida o cena final con la entrega de trofeos y los posteriores chupitos en la sede oficial de la organización, sita en la calle Joan Güell y regentada actualmente por el entrañable Hao.

Este año tenemos una versión muy mejorada de la porra. Se dispone de web oficial donde hacer un seguimiento instantáneo de la clasificación y la normativa ha absorbido algunas de las críticas expuestas por los participantes de anteriores ediciones. La tecnología ha entrado con fuerza y en esta ocasión a parte de las chorradas típicas del grupo de wazzapp se dispondrá de un foro en internet donde poder expandir las mismas y quedarse bien a gusto.

Se trata de un evento protagonizado inicialmente por hombres pero que en sus últimas ediciones ya ha conseguido llegar a un incipiente público femenino. Esperemos  que este año siga su progresión.

La aparentemente escasa apuesta inicial de 20 euros se vive con tanta pasión a lo largo del campeonato que diríase que quintuplica su valor. Aunque a decir verdad, lo que está en juego no es tal cantidad sino más bien el ego de los participantes y la ilusión diaria por ir comprobando la posición de cada uno en la clasificación.

Las porras son algo muy popular en nuestra cultura pero conozco pocas hechas con tanto mimo y cariño como la que comenzó en su día nuestro amigo Juan y que a día de hoy ha conseguido mejorar hasta cotas casi profesionales. Y ahí reside la gracia y el éxito. Cuando alguien de manera desinteresada realiza un esmerado trabajo para ser disfrutado en grupo tiene que ser valorado de manera soberbia. 


Por todo ello esta misma noche me descargaré el excel de la página web, analizaré con detalle las normativas de puntuación y haré un ejercicio de sabiduría futbolística de estar por casa para, uno por uno, ir anotando los distintos resultados de todos los encuentros. Aunque consciente de que mis anteriores resultados en mundiales y eurocopas fueron más que discretos estoy convencido que este año voy a dar la campanada. ¿Qué a quién voy a emplazar como ganador?...secreto de porrero, perdón de porrista.